El triunfo de la lujuria

Luciano está sentado solo en un sofá, envuelto en una túnica romana blanca, con expresión solemne, esperando. La sala está en silencio, hasta que una repentina fanfarria de trompetas resuena en el espacio. Alexandro Cabrera y Tom Storm entran a grandes zancadas, ambos vestidos como feroces gladiadores. Se detienen ante Luciano, se golpean el pecho con el puño en señal de saludo ritual y se giran para enfrentarse. Su simulacro de lucha con espadas comienza con movimientos rápidos y miradas feroces, pero cuando las espadas caen, el combate se vuelve carnal. Sus cuerpos se estrechan, sus manos exploran la carne firme y se deslizan hasta el culo del otro. Al poco tiempo, ambos están ansiosos por chupar la polla de Luciano. Tom Storm masturba a Luciano, que le hace una paja con los pies a Alexandro Cabrera, y luego se turnan para follar a Luciano hasta que los tres se corren.